Etapa 4: Artziniega – Berlanga de Duero
09 de julio de 2024
270 km
2.821 m
Los números dicen que estamos ante la etapa reina: 270 km y 2.800 metros de desnivel. La concentración de toda la expedición debe ser máxima en esta jornada; cumplir rigurosamente con el horario y aprovechar la sincronía que debería existir ya entre los integrantes del grupo ciclista, serán de vital importancia para superar la etapa.
El páramo de masa y el encuentro con la meseta configuran la jornada cicloturista de manera muy distinta a lo vivido hasta el momento. Entramos en territorio del dios Eolo. A partir de ahora, la atención constante a la fuerza y la dirección del viento será la gran preocupación de los forzados ciclistas. Las carreteras del páramo de Masa ya son conocidas por el Movimiento Ultreya. Sus soledades y su singular belleza regalarán momentos de ciclismo que nunca olvidarán. Pedalear por estas tierras resulta tan especial que, ahora sí, permitirá a la expedición ser consciente de que está sumergida en las llagas más profundas de la Península Ibérica. A poco que caigan en el recuerdo del azul del Cantábrico que sus retinas recogían tres días atrás, este lugar les obligará a reconocer la magnitud de su peregrinación cruzando el país.
Será una jornada cargada de emociones y la primera vendrá en las primeras horas, cuando el rutómetro les conduzca hasta Poza de la Sal para disfrutar de un desayuno junto a viejos amigos del lugar a quienes tanto hay que agradecer el magnífico recibimiento del pasado año. Será momento de degustar las morcillas de arroz de este maravilloso pueblo. Soria espera a la expedición, Berlanga de Duero y su imponente castillo se engalana para recibir a Eduardo, su embajador, comandando una expedición deseosa de conocer tan noble y encantadora villa, paraíso del torrezno y de la carne de cordero.