ETAPA 8. Sábado, 9 DE JULIO DE 2022. CASTRO CALDELAS – Dodro (A Coruña) 175 kms.

Mucho ojo con esta etapa. Siempre hay una etapa escondida y, sin duda, se trata de esta. Los 238 kilómetros de la tercera etapa distrae la atención de los ciclistas para que esta penúltima tirada pase desapercibida. Callada y paciente, se presentará ante la expedición para cobrarse su impuesto en forma de calorías, sudor y paciencia. Esta etapa se empecinará en retener a los ciclistas, en ralentizar su paso, abrazándolos en cada fondo de valle, como queriendo impedir que la aventura llegue a su final. Casi todo el desnivel de esta etapa se acumulará después de pasar Ourense. Hasta esta ciudad la carretera será favorable. Los kilómetros pasarán sin exigir grandes esfuerzos.

A estas alturas del reto ciclista, los cuerpos estarán agotados y las cabezas puestas en el faro de Finisterre; las pieles quemadas por el sol y el pensamiento en la última etapa que llegará al día siguiente. A estas alturas de la aventura el cuerpo estará castigado, pero la memoria llena de recuerdos difíciles de ubicar en el maremágnum de lugares y momentos vividos. Será el momento de los sentimientos encontrados, de los deseos contrapuestos. El final se aproxima. Una inercia inevitable empujará a los ciclistas hacia adelante, buscando concluir su reto y llegar al final soñado. Sin embargo, a la vez, un poderoso sentimiento de añoranza hará que, entre risas y conversaciones, se haga imposible evitar una profunda sensación de desgarro al caer en la cuenta de que se aproxima el final de esta realidad paralela, creada para vivir un sueño; que pronto llegará el momento de la reentrada en la vida cotidiana; que no volverán a vivir otra mañana diferente, en lugares distintos y únicos, con compañeros de viajes con los que habrán dormido, comido, reído, sufrido y vivido momentos irrepetibles. Un pensamiento inevitable que cada uno y cada una tendrá que gestionar en silencio y para sus adentros.